Impacto de la diáspora venezolana en el mercado inmobiliario

De acuerdo con la estadística más conservadora casi 7 millones de venezolanos han emigrado de este país por distintas razones y a los más diversos países de todo el mundo.

¿Cuántas de estas personas tenía vivienda propia?

¿Cuántos de ellos lograron venderlas antes o después de irse?

¿Cuántos inmuebles desocupados tenemos a nivel nacional?

¿Conocemos el nivel socioeconómico de los emigrantes?

¿Algún ente público o privado lleva estas estadísticas? 

No lo sabemos. 

Lo cierto es que basta pasearse por cualquier urbanización del norte, sur, este u oeste de Caracas en horas nocturnas para darnos cuenta de la cantidad de inmuebles desocupados; que aún deben conservar las energías de sus propietarios ausentes y esperan silenciosamente por el regreso de quienes le dan vida, porque efectivamente los propietarios y sus familias son los que dan vida y humanizan esos  espacios para convertir el frío cemento en calor de hogar.

Sabemos que muchos emigraron temporalmente, buscando nuevas y buenas oportunidades en otros horizontes con la esperanza de regresar en algún momento y en mejores tiempos. 

Otros vendieron, quemaron sus naves con el firme propósito de no regresar jamás, cerrando su ciclo de vida en este país. Absolutamente válido.

Aunque creemos que en el fondo tanto unos como otros en cualquier punto del planeta donde ahora residen,  en buenas o no tan buenas condiciones económicas, añoran esta tierra de gracia, llena de gente alegre, optimista, positiva, trabajadora, con mucha fe y esperanza en Venezuela, haciendo su mejor esfuerzo para salir adelante en medio de las vicisitudes.

Además, quién no  añora una tierra fértil y generosa con las mayores riquezas naturales y minerales, la más grande reserva de petróleo que se conozca en el mundo, los más espectaculares paisajes, las playas más cálidas, sabanas, ríos, lagunas, llanos, tepuyes y montañas que hacen de Venezuela el paraíso de Dios en la tierra.

Añadiendo que lo más valioso que tiene Venezuela es el venezolano per se; un ser humano único e irrepetible que ha demostrado al mundo entero, su inteligencia, atributos, capacidades y determinación, por lo que hoy es reconocido a nivel mundial por haberse destacado en ciencia, tecnología, música y las artes en general. Siendo los más valiosos y codiciados nuestros  profesionales de la medicina. Al extremo que tenemos presencia de científicos hasta en la NASA.

Todos tuvieron razones  para emigrar y cada quien pagó un costo por ello, como también hemos pagado un costo los que decidimos quedarnos acá, reconstruyendo este país que bien lo merece y hoy sentimos que hicimos lo correcto y que además que estamos en vía de lograrlo, cada uno haciendo lo que mejor sabe saber y dando el aporte que le corresponde como ciudadano de bien y de paz.

Pero ¿qué hay de los inmuebles desocupados,  a donde  eventualmente va algún familiar o amigo del propietario a darle una vueltica? que es el tema central de este artículo.

¿Tenemos conciencia del estado de deterioro que padecen los mismos por falta de uso?

Es alarmante el impacto que sufren estos inmuebles en su sistemas constructivos, principalmente en lo que se refiere a los drenajes de aguas blancas y servidas, obstrucción de desagües y daños de plomería en general, afectaciones al sistema eléctrico por los bajones de carga que padece el país frecuentemente en el interior, con las consecuencias de daños a los equipos de aire acondicionado y por la falta de mantenimiento; a esto se suma el daño a los artefactos eléctricos y línea blanca  en general,  por la intermitencia eléctrica y en el peor de los casos los daños estructurales por falta de pintura, mantenimiento en la zonas húmedas de la vivienda, que acarrea filtraciones que ocurren también por falta de impermeabilización en el caso de los pen house y de las casas, cuyas filtraciones leves se convierten en graves si no se atacan a tiempo.

Sin contar con el deterioro propio de la edificación por falta de un buen mantenimiento porque lamentablemente algunos propietarios desde el exterior no pueden honrar sus compromisos de pago de las cuotas mensuales de condominio para el mantenimiento de los servicios y las áreas comunes de la edificación, lo cual afecta el fondo de reserva para atacar esta problemática.

Particularmente las unidades de vivienda se van quedando sin los servicios básicos por la dificultad de pagarlos desde el exterior al no poder usar sus cuentas en bolívares en la banca nacional porque la dirección IP no se lo permite.

En fin, representa más desventajas que ventajas tener un inmueble desocupado por largo periodo sin la asistencia y el debido mantenimiento, que hacer uso de ellos bien sea  alquilándolos o vendiéndolos,  aunque no es el momento ideal para vender porque todos los precios están a la baja,  debido a que estamos ante un mercado de compradores y lo que se vende es lo que está en precio de  verdadera oportunidad, cuyo valor  actual representa un 50% menos de su costo original.

En este escenario y para frenar el deterioro, la sugerencia es aplicar un mantenimiento preventivo o correctivo según el caso, a todos esos inmuebles que llevan más de un año desocupados. Posteriormente acondicionarlos para su arrendamiento,  lo cual permitirá que genere una rentabilidad a los propietarios,  que les permita cubrir los costos de los servicios públicos y privados, pagar las cuotas de condominio puntualmente y a su vez conservar el valor tanto de su inmueble,  como el buen estado del edificio y evitar la desvalorización tanto del edificio como la de su apartamento.

Los inmuebles al igual que nosotros, necesitan del calor humano y si el propietario no puede darlo dentro de su actual circunstancia, hay una gran demanda de alquileres de personas adultas, responsables y profesionales, la mayoría de ellos emprendedores o trabajadores formales, bajo una figura jurídica, que están dispuestos a darle ese calor de familia que su propiedad necesita. 

Nos ocurre con mucha frecuencia que cuando visitamos inmuebles con mucho tiempo desocupados, cuyos propietarios dejaron allí sus efectos personales y la historia de sus vidas reflejadas en los álbumes fotográficos, nos invade un gran sentimiento de tristeza por la energía de ausencia que se siente en esos inmuebles. 

Definitivamente la historia familiar, los sentimientos y las emociones de toda una vida, no caben en dos maleta. 

En ALMA House los invitamos a darle una segunda vida a sus propiedades, les ofrecemos el mantenimiento y la administración que necesitan para conservar su patrimonio de la mejor manera posible.

¡Nos ocupamos por ti!

almahouse

ALMA House… “Una Casa con ALMA, es un Hogar”

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